jueves, 7 de abril de 2016

El sindrome de la felicidad aplazada





Contaba John Lennon que cuando pequeño su madre le enseñó que lo más importante en la vida era ser feliz

Cuenta a la vez que en alguna ocasión cuando era niño su maestra les pidió en clase escribir sobre qué era lo que de grandes les gustaría ser y mientras los demás niños escribieron sobre diversas profesiones, él simplemente escribió en su cuaderno: ser feliz.

Al ver ello la maestra se incomodó y casi reprochándole le dijo, “Ay John, se nota que no has entendido nada acerca de la tarea que les mandé hacer”, a lo que John respondió “Ay señorita, se nota que usted no ha entendido nada acerca de la vida”.

Muchas veces vamos por la vida a la búsqueda de un objetivo, gastamos todas nuestras energías en conseguirlo y cuando llegamos a ello casi ni celebramos, no solamente porque físicamente y mentalmente quedamos tan exhaustos  sino porque dicho objetivo es un momento tan fugaz y pasajero que apenas nos da tiempo para celebrar y porque por otro lado, a partir de mañana hay que empezar la búsqueda de un nuevo objetivo.

Solemos creer que la felicidad es un objetivo. Estamos por lo general equivocados. La felicidad no es un objetivo sino un camino, un camino que se inicia y renueva cada día al despertar y mientras vivimos. Es nuestra guía y nuestro acompañante hacia el éxito. No es el fin del camino, es precisamente el camino.

Hay un terrible síndrome que convive con muchas personas en este nuevo siglo y que es causante de muchos conflictos, estrés y desengaños. Es el síndrome de la felicidad aplazada
“Cuando encuentre mi príncipe azul seré feliz, cuando me case seré feliz, cuando me aumenten el sueldo seré feliz, cuando sea madre seré feliz, cuando me mude seré feliz, cuando me asciendan seré feliz”.
No te equivoques, si no eres capaz de ser feliz hoy no pretendas ser feliz mañana porque lo único que tendrás es una felicidad tan fugaz y efímera que no te va a alcanzar mucho tiempo para disfrutarla pues como la droga (es una droga), una vez que pasan los efectos vas a ir en búsqueda de nuevas dosis que al igual que la primera serán  fugaces y pasajeras.

Si alguna vez en tu vida has tenido un día o tan solo un momento de auténtica felicidad quiere decir que tu cerebro y toda tu piel están capacitados para efectivamente ser feliz.

Si tu cerebro y toda tu piel están capacitados para efectivamente ser feliz, quiere decir que puedes ser feliz ahora mismo ¡Qué esperas¡